3/23/2015

II. Sobre la necesidad de tratamiento y la brecha terapéutica.



La brecha terapéutica es la diferencia que hay entre el número de personas que sufren de un trastorno mental y el número de ellos que acuden a tratamiento. Esta brecha es considerable: La encuesta mundial de salud mental de la OMS encontró que en países desarrollados entre 35.5% a 50.3% de los casos de trastorno mental severo no acudían a tratamiento en los 12 meses anteriores(1).  Esta cifra es de 76.3% a 85.4% en países en desarrollo, mientras que en Colombia solo el 5% de los casos severos consultaron a un psiquiatra(2). La demora en buscar ayuda para problemas mentales se suma al problema y va de 6 a 10 años desde el inicio de los síntomas para muchas condiciones comunes como depresión y pánico.

Sin embargo, decir que una cuarta de la población del mundo sufre de un trastorno mental y que solo un 10 o 20% de ellos reciben tratamiento es una afirmación que debe ponerse en un contexto.  En la entrada anterior ya se habló del tema de diagnóstico y cómo definir quienes padecen o no de una enfermedad mental.  Ahora plantearemos nuevos aspectos para ayudar a entender mejor esta brecha terapéutica.

Necesitar ayuda no es lo mismo que necesitar tratamiento especializado en salud mental.  Resulta curioso que se peca en los dos extremos: primero, cuando se dice que estas personas no reciben tratamiento se está desconociendo que muchas probablemente buscan ayuda en su entorno: a través de relaciones interpersonales, haciendo ejercicio, buscando maneras de manejar el estrés, tal vez haciendo yoga o meditación.  Pero en el otro extremo, cuando se mide tratamiento se es también demasiado laxo, pues en ocasiones haber consultado una vez a algún profesional califica como acceso al tratamiento. Y para la mayoría de los casos de trastornos severos, una cita no es tratamiento.

La proporción de personas con problemas mentales que no reciben tratamiento se conoce como la necesidad no satisfecha.  Sería similar al número de personas con una enfermedad crónica que no están siendo tratados, como el caso de HIV sida o de hipertensión arterial. 

Para entender la brecha y la necesidad no satisfecha en salud mental hay que partir del hecho de que la enfermedad no es solo un fenómeno biológico sino también un concepto social, lo cual se aplica para todas las enfermedades, solo que es más notorio para los trastornos mentales.  Muchas personas pueden sentir algunos síntomas pero desconocer que padecen una enfermedad, o sentir malestar significativo pero no saber a dónde acudir en busca de ayuda.  Otras personas ni creen que padecen problemas y menos piensan en buscar ayuda, como en algunas personas con psicosis, quienes con frecuencia acceden a tratamiento en contra de su voluntad, o solo gracias a una presión intensa de su entorno social.

Lo primero, entonces, son los factores que influyen para caracterizar un problema como una enfermedad que necesita tratamiento ya que existe gran variación individual en la respuesta al malestar que ocasiona los síntomas.


El problema identificado como enfermedad: factores asociados

- Visibilidad, frecuencia, cronicidad de los síntomas.

- Gravedad percibida del problema.

- Disrupción del funcionamiento social.

- Conocimiento, supuestos culturales y explicaciones alternativas del problema.

- Necesidades conflictivas o contradictorias.

- Disponibilidad del tratamiento.

(Mechanic, D.(3,4))

Los factores anteriores explican porqué en unos casos las personas pueden pasar años sin consultar (o nunca hacerlo) o por el contrario contactar los servicios de salud con poca demora.

Una vez identificado el problema como un asunto médico, se espera que la persona asuma el rol de enfermo, con lo cual tiene ciertos derechos (incapacidad) pero también ciertas responsabilidades. Debe aceptar su rol de enfermo y buscar y seguir un tratamiento con el objetivo de una curación.  Para el caso de los trastornos mentales y otras enfermedades crónicas todo esto es cuando menos problemático, y el problema de la adherencia al tratamiento es significativo.

Las redes sociales juegan un papel importante en el proceso de determinar que un problema debe ser tratado por servicios de salud.  Por ejemplo, es raro que una persona consulte específicamente a un psicoanalista a no ser que en su red social exista conocimiento del psicoanálisis y personas conocidas que participen de él.

En conclusión: los factores que llevan a que una persona consulte a un servicio de salud mental parte de la identificación del mismo como un asunto de salud mental, en el cual intervienen factores como el tipo de síntoma o problema, su intensidad y grado de compromiso en roles sociales, características personales, factores familiares y culturales, y redes sociales.(5)

Referencias

1.        Demyttenaere K, Bruffaerts R, Posada-Villa J, Gasquet I, Kovess V, Lepine JP, et al. Prevalence, severity, and unmet need for treatment of mental disorders in the World Health Organization World Mental Health Surveys. JAMA. American Medical Association; 2004 Jun 2;291(21):2581–90. 

2.        Ministerio de la Protección Social. Estudio Nacional de Salud Mental-Colombia 2003.  

3.        Mechanic D, Affairs H, Hope P, Road OG, Health TP. Is The Prevalence Of Mental Disorders A Good Measure Of The Need For Services? Health Aff. 2003 Sep 1;22(5):8–20. 

4.        Mojtabai R, Eaton WW, K MP. Pathways to Care: Need, Attitudes, Barriers. In: Eaton WW, editor. Public Mental Health. Oxford University Press; 2012. 

5.        Pescosolido BA, Olafsdottir S. Beyond dichotomies: confronting the complexity of how and why individuals come or do not come to mental health care. World Psychiatry. 2013 Oct;12(3):269–71.

3/04/2015

Mortalidad y Trastornos Mentales: ¿Ocho millones de muertes por año en el mundo?


Los trastornos mentales no solo causan una discapacidad importante, sino que también están asociados a una mayor mortalidad.  Desde hace  años, se conoce que el hecho de padecer un trastorno mental implica un riesgo mayor de muerte prematura. Se calcula que las personas con esquizofrenia tienen un riesgo 13 veces mayor de morir por suicidio que la población general; sin embargo es importante entender que el incremento en la mortalidad en ellos se debe principalmente a las enfermedades médicas.

A partir de datos de la población total de Dinamarca, Suecia y Finlandia, se estima que la expectativa de vida es entre 15.6 y 20 años menos en quienes han tenido una admisión hospitalaria por esquizofrenia(1,2).  Otros estudios en diferentes países han corroborado la menor expectativa de vida entre personas con esquizofrenia, oscilando entre  10 y 25 años menos de vida.

Un meta análisis reciente confirma que la mortalidad en pacientes con trastornos mentales sigue siendo mayor a la de la población general (3). En este análisis se incluyeron estudios de cohortes que comparaban la mortalidad de personas con diagnóstico de trastorno mental con la población general. Las causas naturales de muerte  incluían enfermedades agudas o crónicas mientras que las causas no naturales incluyeron el suicidio y las lesiones no intencionales. Los estudios provenían de 29 países en 5 continentes.

Teniendo en cuenta el riesgo relativo derivado del meta-análisis y la prevalencia de vida para cualquier trastorno mental (26.1), los autores calculan aproximadamente 8 millones de muertes anuales en el mundo atribuibles a trastornos mentales cada año. Aunque lo riesgos de muerte no natural son más elevados, las causas naturales son responsables de dos terceras partes de las muertes en personas con trastorno mental.

Para anotar:

- Los estudios con líneas de base posterior a 1990 tienen efectos más fuertes que aquellos con línea de base anterior a 1970. La brecha crece con el tiempo, lo cual indica que los pacientes con trastornos mentales no se han beneficiado de  los aumentos en la expectativa de vida de la población general.

- Los pacientes que han sido hospitalizados poseen mayor riesgo, debido a la severidad del trastorno y mayor comorbilidad médica.

- Los años de vida perdida por muerte prematura por todas las causas osciló entre 1.4 a 32 años, con una mediana de 10.1 años.  Para las causas naturales el rango fue de 3 a 26.3 años con una mediana de 9.6 años, mientras que para las causas no naturales fue de 8.4 a 41.2 años con una mediana de 21.6 años.

- El riesgo relativo de muerte en las psicosis es más alto; sin embargo, la depresión y la ansiedad son más comunes y por ello son responsables de un mayor número de muertes en la población.

Tabla 1. Posibles causas de la alta moralidad en esquizofrenia y trastornos mentales.
- Las enfermedades médicas en personas con trastorno mental son frecuentes y suele ser diagnosticadas de manera tardía y no se tratan adecuadamente.

- Efectos adversos de la medicación antipsicótica, en especial aumento de peso y mayor riesgo de diabetes y alteraciones lípidas, síndrome metabólico y cardiopatías.

- Estilos de vida de alto riesgo en personas con trastornos mentales: dieta pobre, cigarrillo, alcohol, vida sedentaria.

- Mayor riesgo de suicidios y de accidentes.
- Riesgos genéticos compartidos,  bajo peso al nacer. Por ejemplo, se ha encontrado que algunos genes relacionados con la esquizofrenia también se asocian con factores de riesgo cardiovascular, incluyendo lípidos, obesidad, y presión arterial elevada(4).


Lograr reducir la mortalidad asociada a los trastornos mentales es un reto prioritario para la salud mental pública. 


Qué se puede hacer?
Tabla 2. Medidas para reducir la mortalidad en trastornos mentales.
- Mejorar la atención médica de personas con trastornos mentales. Con frecuencia, la atención se dirige solo al tratamiento psiquiátrico y/o psicológico y los aspectos médicos quedan relegados a un segundo plano.

- Evitar la fragmentación y la descoordinación de la atención médica, mediante modelos de atención integral.

- Implementar programas de cambio de estilo de vida para personas con trastorno mental severo: prevención y tratamiento de cigarrillo y consumo de alcohol, recomendaciones de dieta, programas de ejercicio.

- Reducir riesgo de suicidio en población de alto riesgo.

- Programas de monitoreo médico en pacientes que reciben medicaciones a largo plazo.


Referencias:
1.        Laursen TM, Nordentoft M, Mortensen PB. Excess early mortality in schizophrenia. Annu Rev Clin Psychol. 2014 Jan;10(1):425–48.
2.        Laursen TM, Munk-Olsen T, Vestergaard M. Life expectancy and cardiovascular mortality in persons with schizophrenia. Current Opinion in Psychiatry. 2012. p. 83–8.
3.        Walker ER, McGee RE, Druss BG. Mortality in Mental Disorders and Global Disease Burden Implications: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA psychiatry. 2015 Feb 11;
4.        Andreassen OA, Djurovic S, Thompson WK, Schork AJ, Kendler KS, O’Donovan MC, et al. Improved detection of common variants associated with schizophrenia by leveraging pleiotropy with cardiovascular-disease risk factors. Am J Hum Genet. 2013 Feb 7;92(2):197–209.