Introducción

La enfermedad mental es parte de la experiencia humana.  Poder enfermar de la mente nos caracteriza, nos define y nos preocupa.  La mente humana, en sus matices de experiencias anormales, fascina y aterra a la vez.  Otrora territorio de lo sagrado y lo demoníaco, los trastornos mentales son ahora estudiados por numerosas disciplinas y desde diversos métodos.  

Mientras una parte considerable de la población padece las consecuencias de sufrir una enfermedad mental, ya sea en él o ella misma o en algún familiar, otra parte aún mayor parece negar esa realidad, o está claramente desinformada sobre ella.  La prevalencia de la enfermedad mental es alta, y afecta a todos los estratos y todas las edades de la sociedad, aunque sus efectos son mayores en quienes poseen menos recursos. Los trastornos mentales están distribuidos en todo el mundo, con  algunas diferencias no muy grandes en la prevalencia.  Más importante aún es la variación en la manera de entender la enfermedad mental entre las diversas culturas.

Se estima que para el 2020 la depresión será la segunda causa mundial de carga de enfermedad medida en años de vida ajustados por discapacidad (DALYS en inglés: Disability adjusted life years).  El impacto elevado de la enfermedad mental es el resultado de su relativa alta prevalencia, su inicio en una edad temprana, y su frecuente cronicidad.  Además, los trastornos mentales suelen ser sub-diagnosticados y/o tratados de manera inadecuada, lo cual aumenta su impacto negativo.  Una de las principales causas del diagnóstico y tratamiento insuficiente de las enfermedades mentales obedece al poco entendimiento sobre las mismas sumado a una multitud de pre concepciones erradas.  El estigma asociado a los trastornos mentales se constituye así en un obstáculo significativo.

En un lenguaje más directo, siguiendo a Andrew Solomon, autor de El Demonio de la Depresión lo importante que hay que saber sobre la prevalencia de la depresión es que ocurre con frecuencia y que afecta la vida de todos, ya sea de manera directa o indirecta. Y agrega: “Nunca había escrito sobre un tema sobre el cual tantas personas tuvieran tánto para decir, ni sobre un tema del cual tantas personas eligieron contarme tanto.”

En otras ocasiones, aunque menos frecuente, hay también un sobre tratamiento, aunque esto se presenta más en países desarrollados cuando las personas emplean medicamentos sin una indicación clara o como una manera de enfrentar problemas de la vida que no son trastornos mentales.

Como es de esperar, la salud y la enfermedad mental son conceptos complejos, pues en ellos se interlazan los aspectos biológicos, psicológicos y sociales.  En el vértice biológico se destacan el estudio del cerebro y los aspectos genéticos y epigenéticos que modifican la conducta y la regulación de las emociones.  Las teorías psicológicas son también complejas, y hay varios modelos útiles para el acercamiento a los fenómenos mentales, como la psicología cognitiva y la teoría psicoanalítica.  El vértice social, sobra decirlo, es determinante en la manera de entender los trastornos mentales, en los llamados determinantes sociales de la salud, y en la respuesta del entorno frente a la enfermedad mental.  Si bien se ha recorrido un buen camino desde que  en Francia, a finales del siglo 18,  Philippe Pinel y Jean Baptiste Pussin  soltaron las cadenas que sujetaban a los pacientes con enfermedad mental, aún queda mucho por avanzar.

Estos temas que apenas esbozamos en esta introducción serán parte del material de este blog.  Creemos que es necesario brindar información sobre la salud mental y sobre los trastornos mentales, y que hay que darles la relevancia e importancia que merecen y evitar que sigan siendo negados o evitados. Además, reconocemos la necesidad de una mirada crítica a los postulados existentes sobre la enfermedad mental y la necesidad de abogar por políticas de salud que hagan justicia a lo se conoce, y lo que aún se desconoce, sobre el campo de la salud mental.

Abordaremos los temas con criterios técnicos y académicos, pero esperamos transmitirlos en un lenguaje que sea entendible para un público general.